domingo, 13 de octubre de 2013

OCTAVO TRABAJO DE HÉRCULES – LAS YEGUAS DE DIOMEDES

Ya eran muchas las bestias y criaturas extraordinarias que habían sucumbido a la fuerza del poderoso Hércules, pero vastas eran las tierras y los reinos colindantes y numerosos los peligros a los que el caprichoso Euristeo pudiera enfrentar a nuestro héroe. Conocía el cruel monarca la existencia de cuatro enormes yeguas salvajes, que retenía en sus establos Diomedes, que gobernaba al pueblo de los bistones en Tracia.

No había existido sobre la faz de la tierra caballo tan fiero e indomable como estas bestias. Amarradas con gruesas cadenas de hierro a unos pesebres forjados en bronce, causaban el terror entre aquellos que osaban acercarse a los establos de Diomedes.