domingo, 17 de marzo de 2013

HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE

Potter crece. Ya no es el niño de once años que conocimos con los Dursley en "La Piedra Filosofal", solo,poco querido, al que no valoraban y viviendo en un ambiente hostil a su naturaleza y personalidad. 

Harry, ahora, es un joven acompañado, vencedor de muchas batallas cruentas, amado por sus amigos con un amor incondicional y de entrega; sigue viviendo en un ambiente aparentemente hostil, pero a diferencia de cuando nos encontramos con él la primera vez, aquí su naturaleza y personalidad encajan. 


Harry Potter se acerca inexorablemente, en esta última entrega de sus aventuras, a los diecisiete y a lo que conlleva: perder el encantamiento protector de la infancia; y la consecuencia es ineludible: el definitivo y aterrador encuentro con Lord Voldemort, el Señor Oscuro, al que los demás temen nombrar. Inevitablemente estas dos realidades antagónicas de coexistencia imposible han de enfrentarse y destruirse arrastrando a sus seguidores y sus realidades. Por un lado el bien, la luz, la libertad y por otro, el mal, la tiniebla, la esclavitud. 




A lo largo de la historia de la literatura, (sí, llamo literatura a la saga de Harry Potter, porque lo es, porque lo ha demostrado y porque su huella en la memoria de nuestros hijos perdurará cuando sus propios hijos la descubran), este enfrentamiento maniqueo se ha repetido: el bien contra el mal. No hay término medio, no hay victoria sin derrota del contrario.  En Cervantes, en Julio Verne, en Emilio Salgari, en Jack London, en todos los escritores que me gustan, aparece esta confrontación. 


¿Vencerá Harry? ¿Sus amigos sobrevivirán a esta última aventura? ¿El mundo de los magos será un cuento de hadas o se convertirá en el Hades griego?


La lectura por diversión y como alimento intelectual es la energía que permite luchar contra el Señor Tenebroso de la estulticia, la ignorancia, el engaño, el borregismo; es fuente de libertad. Tenemos la obligación ante nuestros hijos y alumnos de permitir y conseguir que tengan acceso a ese mundo de libertad.

Edad recomendada para leer "Harry Potter y las reliquias de la muerte": Depende de la agilidad y comprensión lectora de los chavales. Padres y profes, un niño de unos ocho o nueve años con un buen bagaje de lecturas lo devorará. Pero como siempre, vosotros decidís.





¡A leer¡ 







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